La excursión fue más o menos fácil salvo en el último trayecto, en el que nos advirtieron que sólo fueran los que suelan hacer senderismo y los que tuvieran un buen sentido del equilbrio. Pensé quedarme atrás, por no retrasar al grupo - no hago senderismo, y mi equilibrio cambia según el momento. Al final me animé e hice bien, aunque no llevaba el calzado más adecuado pero me fui con los 'valientes'. Creo que mereció la pena: paso ligero, saltar troncos, arañazos de árboles, camino sin despejar...
Me quedé con ganas de hacer más senderismo, aunque la ida y la vuelta al valle, en buses escolares amarillos como los de los Simpsons, fueron nefastas. Muchos baches, asientos incómodos y demasiadas horas.
A la vuelta paramos en un mirador, la vista merecía la pena:
P.D. El árbol de la izquierda de la foto es el famoso arce, el del sirope, las galletas, la bandera de Canadá, etc...
Me quedé con ganas de hacer más senderismo, aunque la ida y la vuelta al valle, en buses escolares amarillos como los de los Simpsons, fueron nefastas. Muchos baches, asientos incómodos y demasiadas horas.
A la vuelta paramos en un mirador, la vista merecía la pena:
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