Wednesday 26 November 2008

Fragmento de algo I (experimento)

- ¿Por qué has venido?
- Quería verte, ha sido demasiado tiempo -respondió de forma respetuosa. Ella se presentaba altiva, pero él era capaz de sentir cierto temor mezclado con odio.
- No, no es odio -comentó Margot sin que su voz temblara mientras le miraba de arriba a abajo con una mueca de asco-. Y mucho menos temor. ¿Sigues haciéndote llamar Vincent?
- No, me he reconciliado con mi verdadero nombre, Marco.
Ella emitió una pequeña risa. Parecía más tranquila, aunque sus sentidos estaban en guardia.
- Dime, de verdad, ¿por qué has venido?
- Ya lo he dicho, quería verte. Veinte años son mucho tiempo.
- Sí, toda una vida. ¿Para qué querías verme?
- He pensado en ti todo este tiempo.
Margot resopló. Caminó despacio por la sala como un animal que se pavonea ante su presa antes de atacar. El tafetán de su vestido crujió al sentarse la dama sobre un diván.
- Si tanto querías verme, ¿por qué no te has acercado a mí estos días?
- No quería molestar, no quería que tu marido sospechara...
- Mientes - dijo alzando la voz mientras caminaba hacia él-. Te he visto hablando con ella y no pienso permitir que vuelvas a hacerlo.
- ¿Estás celosa? -preguntó Marcus con desdén.
Margot le propinó una bofetada sin que él intentara detener su mano. La piedra de uno de sus anillos le hizo un corte en la mejilla. Una gota de sangre resbaló por su pálida tez hasta que uno de sus finos dedos la recogió y depositó en sus labios. Cuando su lengua recogió sutilmente la gota de sangre, no quedaba ni rastro de la herida.
- Eres un monstruo, Marcus.
- Pero eso no impidió que me amaras un tiempo, incluso quisite convertirte en lo que soy.
-Yo era una niña entonces, no sabía lo que hacía...No te acerques a mi hija, ¿lo has entendido? Ella no es como yo.
- Lo sé, por eso prefiero dejar que ella decida si quiere seguir viéndome. Margot, es una joven muy poderosa y creo que eso te asusta...y te da envidia.
Margot gritó al tiempo que un pequeño cofre de cristal que había sobre una mesa se rompía en mil pedazos. Marcus se dio la vuelta y caminó con paso firme hacia la puerta.
- ¡Si te acercas a ella, le diré lo que eres! -gritó histérica.
Marcus se giró justo antes de atravesar el arco que conducía hacia el pasillo.
- Díselo, quizá entonces sea ella quien no dude en acercarse a mí.

Thursday 20 November 2008

Vampiros

Vampiros.

Esos grandes desconocidos.

Imitando al querido Ronin, hoy me apetece ser crítica. Un día de esta semana salía en las noticias el estreno de la película Twilight -o Crepúsculo en español. La película está basada en la novela homónima de Stephenie Meyer, y promete traer secuelas.

Desde que mi adorada Anne Rice se ha reconciliado con el catolicismo, se ha mudado de Nueva Orleans y a comenzado a escribir sobre la vida de Jesucristo, he perdido un poquito la fé en la literatura vampírica. Quizá por eso estoy leyendo de nuevo la trilogía de las brujas de Mayfair, como intentado aferrarme a la lietratura gótica que tantas buenas horas me ha concedido.

Se me pasó por la cabeza darle una oportunidad a Twilight, queda algo de esperanza dentro de mí, pero por unas cosas u otras lo he ido dejando de lado. Pero...el otro día, cuando me metí en el IMDB a ver de qué trataba la peli en concreto (y por lo tanto el libro) leí esto:

"A teenage girl risks everything when she falls in love with a vampire" ("Una adolescente arriesga todo cuando se enamora de un vampiro").

Después de leer esto y ver el tráiler con un chico mono a plena luz del día (pero estaba nublado...uhhh...claro) salvando a la susodicha chica con sus superpoderes de vampiro me quedé tristemente sorprendida. Vampiros a la luz del día (Mina Harker en la nefasta película de La Liga de los Hombres Extraordinarios), adolescentes enamorados...ufff...ufff...

¿Dónde quedó Entrevista con el Vampiro? Y para hablar de ella me limito al breve resumen del IMDB: "Un vampiro cuenta la épica historia de su vida: amor, traición, soledad y hambre".

Me consuela tener las Crónicas Vampíricas de Anne Rice en la estantería de mi cuarto, algunas en inglés, otras en español; algunas con encuadernación blanda, otras en tapa dura...

Y no hablaré de la adaptación al cine de La Reina de los Condenados, que me duele en el alma.