La última vez que estuve por esos lugares fue en septiembre cuando fui con mi madre al Museo del Traje (sí, existe un Museo del Traje). Es la primera vez que salgo de la boca de metro de Ciudad Universitaria y no alzo la vista a la quasi montaña que hay yendo hacia Moncloa, sobre cuya cumbre se encuentra uno de los lugares que más ansiedad me ha producido en un tiempo muy breve: la Facultad de Ingeniería Aeronáutica.
Llevaba mis deberes hechos porque sabía que ir adentrarme en lo desconocido me causaba temor. Caminé con paso firme hasta la facultad de Filosofía y Letras, en busca de la Biblioteca de Filosofía. Al llegar allí y contemplar los carteles que indicaban dónde estaba cada lugar me di cuenta de que algo había hecho mal, así que le pregunté a un conserje y amablemente me indicó que me había equivocado de edificio.
Fui hasta el edificio A, que por cierto, no hay nada que te indique que es el edificio A...Una vez dentro mirando los carteles encontré el que indicaba dónde estaba la Biblioteca de Filosofía. El bibliotecario me rellenó una hoja de registro y me trajo los libros muy amablemente, aunque debió pensar que era medio tonta porque tuvo que repetirme un par de preguntas. Me dice el hombre:
- ¿Qué es eso que pone en el carné?
- ¿El qué?
- Lo de profesor + alumno.
- Pues que soy profesora y alumna.
- ¿Eres profesora? - pregunta mirándome como si pensara que le estoy tomando el pelo.
- No, pero como soy investigadora, eso es lo que pone ahí.
Después, al dejarme los libros le pregunto: "¿Si quisiera fotocopiarlos...?". Y me responde: "Está prohibido fotocopiar los libros. Deberías saberlo, pero de ahí cada cual lo que haga...". Vamos, que se debió pensar que soy carente o algo.
Con la primera parte de la misión realizada me fui en busca de la segunda parte: la Biblioteca de Filología Moderna y eso fue una catástrofe: Los carteles son confusos, a los chicos de pelo largo sentados alrededor de una mesa es mejor no preguntarles, la cafetería parece grande desde fuera, en la Complutense están en plena campaña contra el Real Decreto que regula los estudios universitarios... Pero llegué. Después de una odisea similar a la de Ásterix y Obélix en Las doce pruebas de Astérix para conseguir la forma A 38, alcancé mi objetivo. Del bibliotecario de ésta biblioteca aprendí que el pintor que da nombre a la calle en que vivo, José Caballero, era amigo de Lorca y quien le hizo el logotipo de su compañía "La barraca".
Ruegos y preguntas del día:
Llevaba mis deberes hechos porque sabía que ir adentrarme en lo desconocido me causaba temor. Caminé con paso firme hasta la facultad de Filosofía y Letras, en busca de la Biblioteca de Filosofía. Al llegar allí y contemplar los carteles que indicaban dónde estaba cada lugar me di cuenta de que algo había hecho mal, así que le pregunté a un conserje y amablemente me indicó que me había equivocado de edificio.
Fui hasta el edificio A, que por cierto, no hay nada que te indique que es el edificio A...Una vez dentro mirando los carteles encontré el que indicaba dónde estaba la Biblioteca de Filosofía. El bibliotecario me rellenó una hoja de registro y me trajo los libros muy amablemente, aunque debió pensar que era medio tonta porque tuvo que repetirme un par de preguntas. Me dice el hombre:
- ¿Qué es eso que pone en el carné?
- ¿El qué?
- Lo de profesor + alumno.
- Pues que soy profesora y alumna.
- ¿Eres profesora? - pregunta mirándome como si pensara que le estoy tomando el pelo.
- No, pero como soy investigadora, eso es lo que pone ahí.
Después, al dejarme los libros le pregunto: "¿Si quisiera fotocopiarlos...?". Y me responde: "Está prohibido fotocopiar los libros. Deberías saberlo, pero de ahí cada cual lo que haga...". Vamos, que se debió pensar que soy carente o algo.
Con la primera parte de la misión realizada me fui en busca de la segunda parte: la Biblioteca de Filología Moderna y eso fue una catástrofe: Los carteles son confusos, a los chicos de pelo largo sentados alrededor de una mesa es mejor no preguntarles, la cafetería parece grande desde fuera, en la Complutense están en plena campaña contra el Real Decreto que regula los estudios universitarios... Pero llegué. Después de una odisea similar a la de Ásterix y Obélix en Las doce pruebas de Astérix para conseguir la forma A 38, alcancé mi objetivo. Del bibliotecario de ésta biblioteca aprendí que el pintor que da nombre a la calle en que vivo, José Caballero, era amigo de Lorca y quien le hizo el logotipo de su compañía "La barraca".
Ruegos y preguntas del día:
- ¿Por qué tienen tantas bibliotecas? ¿No sería mejor tener una más grande?
- ¿Por qué no se pueden consultar los ejemplares libremente?Porque están todos en armarios cerrados con llave (con lo que me gusta a mí deambular por los pasillos de las bibliotecas)
- Mi facultad es más bonita y no digamos la biblioteca, que aunque pequeña es realmente acogedora...
- Tengo que hacer amigos en la Complutense que me hagan mapas para saber llegar a los sitios, que luego tengo mucha tensión.
2 comments:
Cada vez que piensas comprarte un Dell, Steve mata un gatito
Cada vez que te planteas pasarte a Mac, un informático se ríe en tu cara.
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