Wednesday 30 July 2008

Experimento literario

Es la primera vez que escribo algo parecido a esto. Es distinto por la temática y sobre todo por el tono. He intentado ser romántica sin ser cursi, tocar el erotismo sin caer en el morbo o lo soez. Llevaba un tiempo queriendo escribir algo así, sólo espero que guste.

-¿Quién era ese caballero? – preguntó H desde la cama.

L esperó unos segundos antes de responder.

-¿A quién te refieres? –cuestionó L con un tono que mezclaba inocencia y picardía.

- El del tercer y cuarto baile, el rubio de bigote, delgado y alto.

L dejó el peine sobre el tocador y se giró hasta posar sus ojos en los de H mientras trazaba una sonrisa en sus labios.

-¿Por qué te ríes?- preguntó H con cierta molestia.

-¡Son celos!

- No, no son celos. Bueno, quizá. Sí, de acuerdo, son celos. ¿Tú no te pondrías celosa?

- ¿Si bailaras con un hombre?-preguntó divertida.

-Oh, vamos. Ya sabes lo que quiero decir.

-Hmmm, yo estaría celosa si tú durmieras con otra mujer que no fuera yo.

- Sabes que nunca haría eso, ¿verdad?-respondió H mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia L -. ¿Quieres ayuda con el corset?

- Claro, sé que te encanta desatarlo.

-Sí, tengo algo de experiencia-comentó mientras apartaba el cabello de L.

L cerró los ojos mientras H desataba el cordón del corset con destreza y rapidez. Poco a poco la prenda perdía fuerza y L podía respirar con total libertad. Sentía el aliento de su amante en la nuca, su boca casi rozando su cuello. Cuando L estaba a punto de girarse para besar esos labios que tanto deseaba, el corset cayó al suelo del dormitorio.

-Voy a la cama-dijo H caminando hacia el lecho. Justo antes de sentarse sobre las sábanas, H se quitó la camisa que llevaba para dormir. L contempló cómo el cuerpo de su amante quedaba poco a poco al desnudo, descubriendo una delgada silueta.

- Mi padre quiere casarme de aquí a un año como mucho-dijo L al sentarse sobre la cama frente a su amante. Esperó su reacción. No hubo lágrimas, ni ira, tan sólo una mirada que mezclaba melancolía, desesperación y la más profunda devoción.

H observó el rostro de la bella mujer que se encontraba delante. La besó con ternura mientras su mano derecha se deslizaba por su cuello con suavidad. L se incorporó levemente y se desnudó ante la mirada atenta de su amante. H la observó deseando besarla, tocarla, abrazarla, amarla, pero fue ella quien tomó la iniciativa.

Sus dedos acariciaron los labios de su amante, y se desplazaron suavemente por el cuello, el pecho, el ombligo. Separó sus muslos con delicadeza para perderse en su interior mientras su lengua saciaba el apetito de tantas noches en soledad. Besó su boca, su cuello, sus pechos, su vientre…besó su cuerpo sin apartar sus manos de lo que tantas capas de tela y faldas ocultaban entre sus muslos. Se sucedieron los jadeos y caricias, los besos, el sudor…la melodía de dos cuerpos que sólo juntos alcanzaban la más perfecta armonía.

Durante unos segundos se contemplaron en silencio. Todo había empezado con un beso, como tres años atrás, sólo que esta vez no fue un beso furtivo sino lleno de pasión.

-No sé qué pasará de aquí a un año. Ni siquiera sé qué pasará mañana. No me importa, ¿sabes? Podría morir después de esta noche y sin embargo decir que he vivido plenamente. Podría permanecer una eternidad en este mundo…


- …y sin embargo decir que no he vivido si no es contigo – finalizó Laura-. Esta noche es nuestra, ¿no? Esta noche es para nosotras, Helena. Quizá sea nuestra última noche juntas.


- Siempre pensé que cada noche sería la última, Laura, por eso nunca dejé de amarte.

1 comment:

Ronin said...

Mujeres amándose y corsets...ese detalle es unicamente tuyo.. jaja!

Lo he leido muy por encima por falta de tiempo, asi que no te haré una crítica literaria. Lo siento.